domingo, 27 de julio de 2014

a r t e s a n o s



Se llama Lorenzo Rodríguez "Loren" como figura en su gorro de maestro panadero, es artesano en piedra, aunque también toca la forja, el hierro, la madera, el pan, el aceite (tiene un proyecto superinteresante de elaborar aceite de los acebuches que crecen salvajes en la cercana Sierra Morena), el ataurique (que es el relieve decorativo hecho con yeso en forma de flores y hojas estilizadas) y la cerámica argárica (con unas formas sencillas y básicas). Es un inventor. Y allí subido en ese hito en su cantera, donde va acumulando piedras para trabajos futuros, señalando un punto en el horizonte... un nuevo proyecto.


Este fin de semana, el último de Julio, hemos celebrado en Baños de la Encina, la fiesta andalusí de la rosa... Mercado de artesanos y tabernas, pasacalles de moros y cristianos, danzas orientales, escenificación entre moros y cristianos con luchas a pie y entrega de la rosa, cuentacuentos, espectáculo de danza y fuego y visitas teatralizadas al castillo.

Baños es un pequeño pueblo en las estribaciones de Sierra Morena, en Jaén, que ha sabido conservar su rico patrimonio artístico, su castillo con catorce torres, más la del homenaje donde ondean las banderas es impresionante. La silueta del castillo de Bury Al-Hamma domina el paisaje rural de la villa, y cuando se divisa desde la lejanía evidencia una fortaleza poderosa que atrae al viajero. Todo el patrimonio artístico de Baños es magnífico, pero no menos que sus gentes.

Y llegó el día de conocernos personalmente, después de años de contacto e interacción en las redes sociales, con amigos comunes, que garantizaban la valía personal y el saber de El Cotanillo


Chema, como lo conocía, "Josemaria" como figura en su gorro de maestro panadero nos dió una clase magistral de como se hace el pan, ese de toda la vida, que todos recordamos por su olor y sabor y que se encuentra grabado en nuestra memoria. Ese pan de pueblo, que ya ha vuelto, con una masa madre excepcional. Y bien trabajado, con harinas de trigo excelentes (pronto cultivaran el trigo de forma ecológica, y lo molerán en un molino de piedra... son los próximos proyectos). Ya construyeron el horno, y es una gozada el olor a jara, que usan para encender la madera de olivo...

En Precipicio3, se encuentra el obrador de pan y dulces, y también la taberna donde acabamos nuestra visita a Baños en la noche andalusí de la rosa... inolvidable. Los hermanos Benegas, que me acompañaban y la que escribe quedamos encantados.

Nuestro apoyo incondicional a estos amigos artesanos, creativos y audazes, que se atreven con todo, y a sus familias que los animan y ayudan. 
Un placer : )

sábado, 19 de julio de 2014

caravasar

Un refugio, un albergue en el camino, una parada de postas... también soy eso. Un campamento base, un puerto donde arriban los navegantes del mar de olivos, un punto en el camino, un track donde paran los viajeros, nada permanente... un descanso donde se reponen fuerzas, se catan alimentos, se brinda, se alimenta el alma, se obtienen directrices para continuar el trayecto, se comentan las jornadas precedentes, se recuerda a los que ya no viajan por esta ruta... 

Se purifica el alma, se lava el cuerpo, se conversa, se ríe mucho, se intercambian claves y palabras mágicas para situaciones diversas... Cómo me gusta, que mis amigos del alma pasen por la Atalaya del Olivo, hagan un alto en su atribulada vida y el reencuentro sea tan especial como ellos lo son.

"La vida no se mide por el número de veces que respiramos, sino por los lugares e instantes que nos quitan la respiración"




Amigos, buenos amigos, de esos que te ponen, que retan tu mente, de los lúcidos, divertidos e intrépidos. Qué placer recibirlos, en mi caravasar... Y es qué hay tres imprescindibles para viajar: amigos con los ir, una ruta, y ganas de conocer.

Los amigos te los traes puestos o los fichas por el camino; la ruta (que es lo menos importante) la puedes improvisar en marcha, o cambiarla... dejarte llevar es también algo bueno, sin limitaciones, agobios o prisas; y la curiosidad la tienes que tener cosida a tu piel, o al menos bien hilvanada... (esto no es negocialble).

La necesidad de viajar es tan antigua como la especie humana. Conocer lo que es diferente, es uno de los mayores placeres del viajero: abrir la mente e ir más allá de lo que resulta familiar. Declaro mis ganas de conocer más mundo. En mi, es un instinto natural.


Mark Twain, decía que viajar resulta fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de miras. Cuánta razón tienen esas palabras... Ya sé que mi mirada es amplia, y mi horizonte vasto.


  • El caravasar es un albergue o refugio en Oriente destinado a las caravanas de comercio, de peregrinaje o militares durante un largo viaje de muchas jornadas. La palabra caravasar deriva del turco kervansaray, y ésta del persa karavan (كاروان, 'viajeros') y sara (سرا, 'hostal, refugio, palacio').

Me encanta esa palabra. Antes hacia caligrafía árabe todos los días, en diferentes estilos, tomaba el kalam y trazaba letras como una cinta de tinta que se funde en el papel... toda una disciplina esto de la caligrafía, espectacular, estética y bellísima. Antes hacia caligrafía... ahora hago fotos. Y esa instantánea con la que ilustro esta publicación es un reflejo o un momento especial en el que un grupo de amigos van en busca de la puesta de sol. Una de las ventajas de ir el último de la fila : )

Para el próximo mes de Agosto (justo cuando mi sitio cumpla 6 años) preparo un viaje al corazón del desierto marroquí,  más allá de Marrakech... a las dunas, oasis y gargantas del Atlas; y se que mis ansias de conocer se verán colmadas y satisfechas. Mis nuevos amigos Xavier y Carme, viajeros auténticos y guías expertos, desde su web  lo organizan.


 Otros caravansary nos esperan. Lo contaré...