lunes, 30 de septiembre de 2013

seis días, cinco noches...

Unas pocas texturas alentejanas, dieciseis, a modo de collage, para contar un viaje...

Una historia: como mostrar una tierra desconocida y lejana más allá de la raya portuguesa, a una recién amiga, que confia en tu criterio para aceptar el reto e invitación de viajar juntas (sin olvidar a mi perrilla Nala) durante seis días... Mi querido Alentejo lo puso muy fácil, y Rosalía quedó encantada con lo visto, saboreado y sentido de esta tierra vecina que se hace querer.. mucho.


Una puesta de sol, que no te deja indiferente, desde la aldea ribereña de Estrela

Desde el Museo de Luz hasta el embarcadero de la nueva aldea de Luz en las aguas de Alqueva

Paseando por Monsaraz, un "nido de águilas" que deslumbra al viajero...

Puertas arcadas de las calles de Monsaraz... atrapan la mirada!

Chamines alentejanas... arte sobre los tejados que toca el cielo

La Casa Agrícola "Anta do Sobreiro" que linda con Alqueva... un paraiso

Janela de Monsaraz

Luna llena en el Cromeleque de Xerez... maravilloso lugar megalítico

Día de mercado... en Reguengos de Monsaraz

Haciendo amigos en la visita a Bodegas Carmin... y brindis con su espumante estrella

Viñedos de Herdade do Esporão, una bodega antigua y auténtica

En estas intensas jornadas conocimos, un poco más, un trocito de esta región portuguesa, que cautiva al viajero... era tiempo de vendimia y todo bullía en los acogedores pueblos de casas encaladas, el paisaje se muestra soberbio, las gentes generosas y encantadoras... un escenario de experiencias y sensaciones único:  Alentejo. Até logo!