Dejamos la pista llana y cómoda, y comenzamos a ascender fuertemente por un sendero difícil que sube hasta la base de los afloramientos rocosos. Ya queda poco, casi tocamos la piedra. Aunque aún tendremos que usar pies y manos para la etapa final, avanzando por una pared casi vertical...
Llegamos, alcanzamos nuestro objetivo, ha merecido todo el esfuerzo dedicado. Descansamos al pie de un inmenso pino y retomamos fuerzas. En la oquedad de las cuevas que atraviesan el pico rezuma el agua, y la vemos y oímos caer gota a gota. Un sitio mágico, sin duda.
Las vistas desde la cima, son espectaculares. Este farallón es un extraordinario mirador natural, la cuencas visuales son tan enormemente amplias ... El Bucentaina a nuestra vera, se nos muestra altivo y poderoso.
Regresamos a la pista forestal, disfrutando de las vistas del valle. El pueblo de Siles al fondo, y El Cambrón (1.522 m) con su plataforma inconfundible en la lejanía, con un característico relieve en forma de mesa, limitando en su cumbre con la provincia de Albacete.
Recorrido: circular; Distancia: 10 km; Tiempo aprox: 3-4 h.; Cota mínima: 770 m.; Cota máxima: 1.270 m.; Dificultad: media.