jueves, 31 de enero de 2013

la escolta del río Jándula...


Una tarde libre para pasear e investigar algunos kilómetros de la ribera del río Jándula, un afluente del gran río, el Guadalquivir, a su paso por el Parque Natural de la Sierra de Andújar... llegar hasta el puente de hierro y desde ahí tomar el sendero del Encinarejo, que va paralelo al cauce del río Jándula (es muy curioso, nunca habia reparado en ello, pero la palabra Jándula procede del árabe, de la expresión Alhamdulilah, que significa "loado sea Dios" o "gracias a Dios") hasta llegar a la presa del Encinarejo. La luz de la tarde era perfecta, intentos del sol por mostrarse y nubes en turnos impredecibles... El río fluye, me llega su rumor, en algunas partes se muestra desbordado... es un hermoso paraje, el Jándula y su vegetación de ribera, su escolta...


Este aliso buscó su reflejo en el charco, y yo jugué a hacer ondas con un pelotón de liquen que funcionó a la perfección... Los árboles de la ribera de los ríos, se ordenan formando auténticas protecciones naturales, en función de su adaptación a la mayor o menor humedad del suelo. Tuve la suerte de encontrar huellas de lince en las arenas del río...

Huella de lince ibérico


Dos bandas se ven en el Jándula: la primera está en contacto permanente con el agua, sauces y alisos la componen, son exigentes con la humedad y resisten muy bien el arrastre en las crecidas del río.


La segunda banda, un poco más alejada se encuentran los fresnos, estos requieren suelos con mucha humedad pero no contacto permanente con el agua.


Y luego están las encinas y los pinos piñoneros, lejos de la zona de influencia del río, constituyendo la dehesa típica mediterránea.


Un placer el paseo, el rumor del agua, el trino de los pájaros, el descanso en los granitos, la visión de los verdes... reposo y recreo de mi mirada, de esta "mínima alma mia".

domingo, 13 de enero de 2013

la red


Comenzó a tejer... Eran las ocho de la mañana de una luminosa jornada de Enero, la barriada de pescadores se desperezaba a buen ritmo, la faena era larga... Había que terminar el paño exterior del trasmallo,  2 metros de ancho y 60 de largo, como una "bufanda marina" vuelta a vuelta de nylon, nudo a nudo, la red crecía e iba tomando forma... Flotadores en un lateral y plomos en el otro, luego habría que unirla a las relingas y a los matafiones para engarzar las tres piezas que constituyen el trasmallo: un arte de fondo, en el que los peces quedan atrapados "se enmallan" en la red central mucho más tupida que las exteriores. Manuel sabía que le llevaría todo el día finalizar su tarea de este paño de trasmallo, y tal vez otro día más...


Aplicado y habilidoso prosigue su paciente labor... eran las cinco de la tarde y continuaba tejiendo... 


Sentado en el suelo, entre su casa y el océano, descalzado, usando pies y manos con la maestría que dan los años, a buen ritmo la red avanzaba... Artes tradicionales de la barriada de pescadores de La Antilla, tesoros vivos nuestro patrimonio, ejemplos de laboriosidad de nuestro tiempo, un homenaje a los hombres de la mar, a los marineros-tejedores de sueños de La Antilla, Huelva.

! Enredados estamos...¡