jueves, 11 de marzo de 2010
martes, 2 de marzo de 2010
los íberos... esos desconocidos 2/3
El Cerro del Castillo en el Parque Natural de Despeñaperros me impactó de forma increíble. En el macizo montañoso de Sierra Morena, dentro de la zona conocida como el Collado de los Jardines, el sitio es pura magia íbera. Las condiciones meteorológicas mejoraron y me dispuse a explorar ese antiguo poblamiento y santuario íbero. Estaba emocionada, tenía tanto poder de atracción... que hasta que no alcancé la cumbre no reparé en su valor e importancia.
Desde el Collado de los Jardines, junto al Centro de Interpretación (antigua casa de pastores) se inicia el ascenso hacia el Cerro del Castillo, el sendero es sinuoso, entre encinas, alcornoques y quejigos... y aromatizado por tomillo y romero.
La subida es suave, estando balizada correctamente y librándose los cambios de nivel con facilidad.
Los pozos y hoyos (de excavaciones ilegales y saqueos) se encuentran en todo el recorrido, debiendo prestar cuidado.
Desde el cerro mirando hacia el Norte, los túneles de la autovía A-4 y Venta de Cárdenas al fondo.
La vista de la estrecha carretera A-6200, que enlaza la autovía con la población de Aldeaquemada. A 6,3 km llegamos al Collado de los Jardines, después de una subida difícil de curva sobre curva.
Vista general del Cerro del Castillo en el tramo final de ascensión, las crestas de roca conformaban la aldea íbera.
Sitio de poder.
Hacia el Sur, el paso natural histórico de comunicación entre la meseta y Andalucía, utilizado por viajeros y caravanas durante siglos sufre cambios impactantes en el paisaje... las vías rápidas ganan la batalla en este entorno. Es tan fuerte esta visión que me cuestiono si Despeñaperros era el "mal menor". Opinad vosotros. El Ministerio de Fomento adjudicó a la empresa FCC Construcción. S.A. las obras de la duplicación de la calzada sentido Sur, en el tramo Venta de Cárdenas-Santa Elena, de la Autovía del Sur A-4.
La sucesión de cuevas, precipicios, barrancos, desfiladeros, corrientes fluviales y saltos de agua que ofrece este paisaje es extraordinaria y única. Los íberos sabían de sitios, de ubicaciones especiales...
En la próxima entrega, contaré la visita a la Cueva de los Muñecos y cómo los exvotos íberos de Sierra Morena, fuera de su contexto, adornan vitrinas de los museos de todo el mundo.
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