viernes, 30 de noviembre de 2012

hilvanes de Las Villuercas...


Estos son mis hilvanes de Las Villuercas... después una jornada intensa en el Convento de La Coria, en Trujillo, de escuchar a especialistas versados sobre disciplinas varias (paisaje y territorio, geología, arqueología, botánica, antropología, ornitología) a propósito del GeoParque Las Villuercas-Ibores-Jara; y después de recopilar información, mapas, datos, recomendaciones... planeé adentrarme en esta comarca desconocida para mi hasta entonces. 
El domingo amaneció luminoso en la ciudad de Trujillo, cuna de Pizarro... mi ruta comenzaría al Norte del GeoParque (cumplido ya, 1 año desde su incorporación a la Red Europea y Red Global de Geoparques auspiciada por la UNESCO) cerca de Deleitosa, avanzando por carreteras de montaña atravesaría Robledollano, Castañar de Ibor, Navalvillar de Ibor y Guadalupe, al Sur de la comarca. 


Valles y montañas paralelas, relieves apalachienses... el valle del río Ibor, flanqueado por el Anticlinal del Ibor-Guadalupe sorprende al visionarlo. Cerca Castañar de Ibor inicié el sendero de los Castaños de Calabazas a Este de la población.  La estación otoñal se mostraba generosa en colores, texturas, humedades... los helechos abren mis pasos... la vida se podía palpar, respirar, disfrutar... el sendero discurre siguiendo la ribera del Arroyo de Calabazas por una de sus orillas entre huertos, olivares y bosquetes de castaños y robles. Pasado el Collado del Postuero, que separa las cuencas del Ibor y del Gualija,  nos vamos encontrando bosquetes de quercus, enebros y masas de piedras fragmentadas en la ladera que se van acercando a los majestuosos troncos de de los castaños centenarios (considerado árboles monumentales y singulares). El nombre del arroyo le viene dado por la presencia de varias pedreras aledañas que han recibido, por parte de los lugareños, el irónico apelativo de "melonares" o “calabazas”, sin duda por el gran tamaño de sus bloques rocosos.


Alrededor de la ruta abundan las pedreras en ambos márgenes de la garganta (formaciones geológicas superficiales asociadas a la fragmentación de los afloramientos de los estratos de cuarcita armoricana que forman las crestas y los resaltes de las sierras) Su formación está ligada a los desprendimientos de grandes cantos y bloques que se deslizan por las empinadas laderas impulsados por la fuerza de la gravedad, constituyendo verdaderos "ríos de piedras" o "casqueras".


Continuamos haciendo largos hilvanes en esta comarca, preparando la pieza para próximas costuras... avanzamos dirección Sur por el valle del Ibor y no dejamos de visionar riberas de otoño soñado plenas de belleza y de vida, con el sol a contraluz entre los álamos del arroyo y los quercus en primer plano.


Y finalizamos con esta panorámica en las inmediaciones de Guadalupe, mirando hacia noroeste, con una impronta del Risco de la Villuerca, el pico más alto del GeoParque (1.601 m) dejamos para una próxima ruta, la ascensión a este otero (mirador geológico por excelencia de toda la comarca) y muchos lugares y geositios de atractivo interés como Navazuelas, Cabañas del Castillo, las Minas del Arca del Agua, el Nacimiento del río Almonte o el Valle del Guadalupejo.

Ayer de mañana en Trujillo me "vendieron" la ilusión de este GeoParque y hoy al indagar "in situ" mi compra... no puedo más que sentirme tremendamente satisfecha. Enhorabuena a todos los extremeños en general, y a los villuerquinos en particular (gentes, sin duda, con criterio propio) por la diversidad del tesoro que conservan, promueven y alimentan.

4 comentarios:

Abilio Estefanía dijo...

Hola Carmen, mucho y bien he oído hablar de las Villuercas, pero no las conozco. No hay mas que ver tus fotos para darme cuenta de lo que me estoy perdiendo.

Besos

Eliane dijo...

Que lindas fotos...me gustó!
Besotes

Jomopa 51 dijo...

Ya te comenté personalmente mi asombro por las fantásticas fotos que nos presentas. Fotos aparte... tras leer detenidamente tu relato, descubro la guinda del pastel. Para mí, la narración está metaforizada en un hilvanado. El lector, en mi caso, se imagina la aguja serpenteando el aire; introduciendose y reapareciendo con el hilo (que es la senda) a sus espaldas; recorriendo el tejido (que son los propios campos cacereños), al tiempo que se descubre cada lugar, cada instantánea. Felicidades por el post y las fotos.

JM López dijo...

Realmente mágicas !!!

Un saludo