Un refugio, un albergue en el camino, una parada de postas... también soy eso. Un campamento base, un puerto donde arriban los navegantes del mar de olivos, un punto en el camino, un track donde paran los viajeros, nada permanente... un descanso donde se reponen fuerzas, se catan alimentos, se brinda, se alimenta el alma, se obtienen directrices para continuar el trayecto, se comentan las jornadas precedentes, se recuerda a los que ya no viajan por esta ruta...
Se purifica el alma, se lava el cuerpo, se conversa, se ríe mucho, se intercambian claves y palabras mágicas para situaciones diversas... Cómo me gusta, que mis amigos del alma pasen por la Atalaya del Olivo, hagan un alto en su atribulada vida y el reencuentro sea tan especial como ellos lo son.
Se purifica el alma, se lava el cuerpo, se conversa, se ríe mucho, se intercambian claves y palabras mágicas para situaciones diversas... Cómo me gusta, que mis amigos del alma pasen por la Atalaya del Olivo, hagan un alto en su atribulada vida y el reencuentro sea tan especial como ellos lo son.
"La vida no se mide por el número de veces que respiramos, sino por los lugares e instantes que nos quitan la respiración"
Amigos, buenos amigos, de esos que te ponen, que retan tu mente, de los lúcidos, divertidos e intrépidos. Qué placer recibirlos, en mi caravasar... Y es qué hay tres imprescindibles para viajar: amigos con los ir, una ruta, y ganas de conocer.
Los amigos te los traes puestos o los fichas por el camino; la ruta (que es lo menos importante) la puedes improvisar en marcha, o cambiarla... dejarte llevar es también algo bueno, sin limitaciones, agobios o prisas; y la curiosidad la tienes que tener cosida a tu piel, o al menos bien hilvanada... (esto no es negocialble).
La necesidad de viajar es tan antigua como la especie humana. Conocer lo que es diferente, es uno de los mayores placeres del viajero: abrir la mente e ir más allá de lo que resulta familiar. Declaro mis ganas de conocer más mundo. En mi, es un instinto natural.
La necesidad de viajar es tan antigua como la especie humana. Conocer lo que es diferente, es uno de los mayores placeres del viajero: abrir la mente e ir más allá de lo que resulta familiar. Declaro mis ganas de conocer más mundo. En mi, es un instinto natural.
Mark Twain, decía que viajar resulta fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de miras. Cuánta razón tienen esas palabras... Ya sé que mi mirada es amplia, y mi horizonte vasto.
Me encanta esa palabra. Antes hacia caligrafía árabe todos los días, en diferentes estilos, tomaba el kalam y trazaba letras como una cinta de tinta que se funde en el papel... toda una disciplina esto de la caligrafía, espectacular, estética y bellísima. Antes hacia caligrafía... ahora hago fotos. Y esa instantánea con la que ilustro esta publicación es un reflejo o un momento especial en el que un grupo de amigos van en busca de la puesta de sol. Una de las ventajas de ir el último de la fila : )
Para el próximo mes de Agosto (justo cuando mi sitio cumpla 6 años) preparo un viaje al corazón del desierto marroquí, más allá de Marrakech... a las dunas, oasis y gargantas del Atlas; y se que mis ansias de conocer se verán colmadas y satisfechas. Mis nuevos amigos Xavier y Carme, viajeros auténticos y guías expertos, desde su web lo organizan.
Para el próximo mes de Agosto (justo cuando mi sitio cumpla 6 años) preparo un viaje al corazón del desierto marroquí, más allá de Marrakech... a las dunas, oasis y gargantas del Atlas; y se que mis ansias de conocer se verán colmadas y satisfechas. Mis nuevos amigos Xavier y Carme, viajeros auténticos y guías expertos, desde su web lo organizan.
Otros caravansary nos esperan. Lo contaré...