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viernes, 21 de octubre de 2011

la ola...



A todos los corazones solitarios, lastimados, heridos, defraudados, con miedo y dolor... qué a pesar de los pesares siguen mirando al mar.




Recuerda el tiempo que en la playa sola,
al ver la ola
que alumbraba el sol,
tú me dijiste que la mar un día
se acabaría
antes que tu amor.

Hoy que te busco por la playa sola,
no está la ola
que alumbraba el sol;
las olas mueren y tu amor no existe;
¡qué mal supiste
comparar tu amor!


Poema de Josefa Murillo



lunes, 29 de junio de 2009

magnolia mix


Había perdido cinco kilos, durante su estancia en el Hospital, ahora tocaba recuperarse, después de tantas pruebas, analíticas, electros y demás. Teníamos que recobrar el apetito y levantar el ánimo. Me dijo: "Y si nos vamos a la playa" .
Un bosquete de magnolios, a la salida de la urbanización de la costa, nos alegraron enormemente, sus flores esplendorosas, de un aroma intenso de los afines a mi nariz, delicioso. Magnolia grandiflora por sus espectaculares flores, de hasta 20 cm de diámetro. El nombre Magnolia es en honor al botánico francés Pierre Magnol.

Tomás, lee el periódico, bajo la sombrilla, frente al mar.

Bajábamos a la playa, a última hora de la tarde, cuando el sol empezaba su declinar hacia el oeste. Un paseito por la orilla, haciendo huella en la arena mojada, donde rompen las olas, cargando nuestro organismo de todos los oligoelementos que precisamos. La leve brisa marina, la arena caliente, el agua salada, ese respirar que te inunda los pulmones de oxigeno puro y terapéutico.

De vez en cuando, levanta la vista y observa con detenimiento a los bañistas, y a los que toman el sol. Y a todo aquel que pasa delante de su campo visual: senegaleses vendiendo bolsos fashion, los vigilantes de la playa, chicas orientales ofreciendo sus masajes a un módico precio, aguadores modernos con sus neveras al hombro,... todo un microcosmos.

Aún nos cansábamos mucho, costaba moverse, dar un paso tras otro, pero eramos un equipo resuelto a no fracasar.

Encontré este reloj solar, de azulejos pintados, en una pared cerca de los "Molinillos de Viento", y no pude resistir el inmortalizarlo con la Nikon, sea la hora que sea: ES LA HORA DE SER FELIZ.

miércoles, 14 de enero de 2009

¿A qué huele el musgo?

Teníamos poco tiempo, la tarde fría y soleada amenazaba con irse. La puesta de sol llegaría pronto. Salimos del pueblo, Santisteban del Puerto, por el camino de la sierra, dejando atrás olivos para adentrarnos en las dehesas.

Al pasar por la puerta de la Carnicera, nuestra sierra se mostró esplendorosa, rezumante de agua y plena de vida. Un bosque mediterraneo de gran diversidad, sin demasiadas amenazas aún y bien conservado. Se dejaron ver numerosas reses, grupos de ciervas y algún ciervo más esquivo. No estuve muy fina con la fotografía de los cérvidos. Ninguna foto memorable.

Tomamos el camino del Puerco, buscando otra puerta de salida de la sierra hacia Aldeahermosa y completar de este modo el circular, pasando por Castellar. La fuente del Puerco manaba agua abundante. Una parada en la ruta. Conversabamos amenamente sobre todo. Hablamos de política, de la crisis, de nuestras ministras, de Obama, de Gaza, de los sueños de juventud, de la vida... Y mientras explorabamos una pequeña huerta que hay bajo la fuente, una revelación:

María dice:
-Había olvidado como olía el musgo.
Le pregunto:
-¿A qué huele el musgo?

Y ella responde, después de meditar un instante y aún con un poco de musgo en la mano:

-No se. Pero se que lo había olvidado.


***
Crecemos, nos hacemos mayores, eso es natural. Comenzamos a olvidar algunas cosas, eso también es natural. Recobramos un olor perdido y olvidado en el tiempo, este momento es un REGALO, un DON, un PRESENTE. !No lo dejes escapar más¡ !Va por ti, amiga¡